lunes, 15 de octubre de 2012

Son aquellas pequeñas cosas

Cuando comencé a escribir este blog prometí que contaría lo que me había tocado vivir, así que ahora que ya sabéis como estoy, comenzaremos a contar como he tenido que ir sorteando las piedras que me he encontrado en mi camino,  a contar mi verdad y como la veo ahora.

Soy la mayor de tres hermanos, y en casa siempre nos reímos de la inexperiencia de mis padres cuando se casaron, bromeamos diciendo que como no sabían me hicieron un poco mal...pobres! Me obligaron a salir, con fórceps ya que me retrase bastante y ahora que tengo una edad lo comprendo, si llego a saber lo que me esperaba no salgo ni en broma. Me crié bien, gordita (como casi siempre) hasta que comencé a andar cuando tenía un añito mas o menos, me caía mucho, pero no notaron nada raro, todos los niños se caen cuando están aprendiendo a caminar. La primera persona que se dio cuenta de que algo ocurría fue mi abuelo Anastasio, que les dijo a mis padres que algo me pasaba que yo no caminaba bien. 

No se las fechas exactas, pero creo que a partir de los dos años comenzó esta estrecha relación que mantengo con los médicos y que espero que en un futuro solo sea de amistad. 

Tardaron un tiempo mis padres en encontrar el especialista adecuado, un afamado traumatologo que dio con la razón por la que yo no podía caminar bien, había nacido con las caderas fuera de su sitio, con una displacía bilateral de caderas congénita, y hace mas de 40 años esos casos se trataban con unas escayolas horribles desde el tobillo a la cintura, con las caderas rotadas hacia el exterior. Poco mas os puedo contar de esa etapa, mi mente ha borrado la mayoría de los recuerdos de esa época, aunque están aun presentes el olor a oxigeno para anestesiarme cada vez que ponían una escayola, el tacto del carrito de niño donde me llevaban mis padres,  el sonido de mi cuerpo al tirarme desde la cama porque no podía soportar la inmovilidad y reptaba como una culebra; de recuerdo tengo una hernia ;)) .....y que tuve la ventaja de saltarme el preescolar y comenzar directamente en  primero. 

Esas son las pequeñas cosas que recuerdo y no necesito recordar mucho mas...prefiero quedarme con las cosas que me ocurren cada día y que  me hacen vivir y disfrutar de un día como el de hoy.

Hoy ha estado lleno de todas esas pequeñas cosas que me hacen disfrutar, una comida compartida con mis padres, mis hermanos y mis sobrinos, en mi restaurante oriental favorito, preguntadme si quereis aunque la mayoria sabeis cual es. Despues he pasado por mi casa, pero solo he visto el portal, no creo que hubiera mantenido el tipo si me acerco mas, he visto mi barrio y mi querida Plaza de las Ventas, bajo un cielo gris y me he mojado con la lluvia, he estado con la gente que mas quiero por lo tanto, y como dice Joan Manuel Serrat:

Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve. 

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